Oración Para Difuntos: Padre, Católica, Muy Queridos y Más

Señor Jesús, tú que eres misericordioso y bondadoso con tus hijos, ten piedad del alma de mi padre para que descanse en paz por el resto de la eternidad.

Él fue un padre amoroso y que siempre me protegió de todo mal y peligro. Por eso, te imploro que le des tranquilidad para que encuentre el descanso.

Perdona todos sus pecados, porque comprendes que algunas veces fue víctima de la debilidad, pero jamás perdió su amor y devoción por ti.

Confío en que le darás el descanso eterno a mi padre y lo llevarás de la mano hacia tu Reino para que te alabe junto a todos tus santos. Amén.

Jesucristo, salvador y redentor nuestro, recibe en tu Reino el alma de (nombre del difunto) para que goce de una eternidad bienaventurada.

Tú que moriste para redimir nuestros pecados por el gran amor que nos tienes, perdona sus faltas y libera su alma del sufrimiento del purgatorio.

Ten misericordia de él y no permitas que las penas o los dolores interrumpan su serenidad, porque a tu lado nada lo someterá.

Querido Jesús, acuérdate de (nombre del difunto) y no lo desampares. Concédele el descanso eterno y haz que la luz lo acompañe por el resto de los siglos. Amén.

Señor, tú que eres quien nos da la vida y el que decide cuándo debemos partir de este mundo, dale el descanso eterno a (nombre del difunto).

Mi corazón se encuentra lastimado por su muerte repentina, pero en medio de todo siento tranquilidad y felicidad por él/ella, pues sé que ahora se encuentra contigo y ya no es víctima del dolor.

Perdona sus pecados y concédele la gracia de entrar a tu Reino para que te alabe y venere.

¡Oh! Dios mío, ten misericordia de tu hijo/hija y permite que disfrute de una eternidad bienaventurada sin que sea atormentado/atormentada por los sufrimientos o las penas. Amén.

Querida Virgen María, madre de Dios, apiádate del alma de mi madre, quien recientemente fue llamada por el Señor para gozar de su Reino.

No existen palabras suficientes para describir la tristeza que me embarga en este momento, pero, a pesar de todo, tengo la certeza de que ella se encuentra en un mejor lugar, en el que no siente dolor ni sufrimiento.

Ella siempre fue una madre responsable y querida, por lo que ahora merece descansar en paz y tranquilidad.

Santísima María, acuérdate de mi madre e intercede por su alma ante Dios Padre para que encuentre la serenidad y el descanso eterno. Amén.

¡Oh! Sagrado Jesús, que te hiciste hombre para salvarnos de nuestros pecados, apiádate del alma de (nombre del difunto), a quien llamaste de este mundo a tu presencia.

Era una persona joven, pero con una fe y devoción infinitas. Por eso, te imploro que perdones sus pecados para que pueda entrar al Cielo.

Purifica su alma para que alcance la felicidad y el descanso eterno. Acompáñalo siempre, porque a tu lado no lo afectarán las penas ni los sufrimientos.

Ten misericordia de su alma y déjalo/déjala entrar a tu Reino para que te alabe junto a tus santos y ángeles por el resto de la eternidad. Amén.

Señor Todopoderoso, te pedimos por (nombre del difunto), a quien recientemente llamaste. Permite que su alma alcance el descanso eterno.

Tú siempre perdonas nuestros pecados y jamás nos desamparas en los momentos de dificultad; por esa razón, te imploramos que recibas a (nombre del difunto) en tu Reino.

Redime sus faltas y pecados para que pueda descansar en paz sin que nada lo atormente. Ayúdalo a encontrar la gloria eterna para que su alma descanse en paz.

Padre Celestial, no dejes que ninguna persona afecte su tranquilidad. Cúbrelo con tu manto para que la felicidad lo guíe por el resto de la eternidad. Amén.

Padre Supremo, en este día especial te quiero rogar por el alma de (nombre del difunto). Hoy se conmemora un año más de su muerte y lo sigo recordando, pues su vacío es imposible de llenar.

Míralo con bondad para que las preocupaciones no continúen afligiendo su alma. Concédele el descanso eterno y no permitas que ninguna persona perturbe su serenidad.

Redime sus pecados y penas para que alcance la felicidad y el sosiego de estar a tu lado en el Reino de los Cielos.

Dios, no lo/la desampares, porque solo con tu compañía podrá gozar de una eternidad llena de alegría y paz. Amén.

Señor, tú que tienes el control de todo lo existente, santifica el alma de mi querido hermano/hermana, a quien recientemente has llamado a tu presencia.

No logré compartir demasiado tiempo con él/ella ni tampoco le pude expresar lo mucho que lo quería, pues te lo llevaste muy rápido. Sin embargo, estoy tranquilo/tranquila porque sé que a tu lado jamás sufrirá.

Ruego que perdones sus pecados para que su alma abandone el purgatorio y encuentre la paz eterna bajo tu amparo.

Padre Supremo, tú que siempre ayudas a tus hijos, acuérdate del alma de mi hermano/hermana y dale el descanso eterno. Amén.

Sagrado Jesús, tú que llegaste al mundo para redimir nuestros pecados y salvarnos del mal, permite que los difuntos de este cementerio encuentren el descanso eterno, en especial (nombre de los difuntos).

Tú resucitaste al tercer día para enseñarnos que nuestra fe nos ayudará a triunfar por encima de la muerte y que con devoción podremos disfrutar del Reino de los Cielos.

Perdona sus faltas para que alcancen la paz y el descanso eterno. Nunca permitas que su alma sufra.

Querido Jesús, escucha mis plegarias y acuérdate de todos los difuntos que se encuentran en este lugar. Dales la tranquilidad eterna y permite que gocen en el Cielo. Amén.

¡Oh! Dios, hoy acudo a ti para rogar por la paz y el descanso de (nombre de la persona), quien ya ha abandonado este mundo y se encuentra llegando al Cielo.

Perdona sus pecados para que pueda entrar a tu Reino y gozar de los hermosos cánticos de tus ángeles.

Tú eres un ser justo y generoso con tus hijos, por lo que te suplico que lo ayudes a encontrar la felicidad. No permitas que las penas o los sufrimientos interrumpan su tranquilidad.

Padre Celestial, apiádate de su alma y regálale la serenidad eterna. Protégelo para que nada ni nadie perturbe su paz. Por los siglos de los siglos. Amén.

Señor, te doy infinitas gracias por haberme regalado unos padres amorosos y respetuosos. Hace un tiempo los llamaste de este a mundo a tu presencia, por lo que te pido que les des la paz eterna.

Muéstrales el camino correcto hacia tu Reino para que sus almas encuentren la tranquilidad y el sosiego.

Libéralos de la penas que los agobian e impiden que descansen en paz. Perdona sus pecados y permite que entren al Cielo para que alguna vez nos vamos en reencontrar.

Dios mío, ten misericordia de ellos y concédeles la gracia de gozar de una eternidad bienaventurada. No dejes que nada ni nadie afecte su tranquilidad. Amén.

Dios mío, hoy quiero pedirte por el bienestar de mis abuelos. Aparta las preocupaciones y las penas para que gocen de una eternidad bienaventurada.

Ellos fueron como unos padres para mí y siempre estuvieron ahí para ayudarme. Me demostraron su amor y me aconsejaron en los tiempos de adversidad.

Te los llevaste muy rápido y no alcancé a decirles lo mucho que los amaba. Por eso, vengo a suplicarte que te apiades de sus almas.

Llévalos al Reino de los Cielos para que descansen en paz y te alaben junto a tus santos y ángeles por el resto de la eternidad. Guía sus almas para que encuentren la felicidad. Amén.