Oración Para Primera Comunión y Confirmación

Alma del Señor, santifícame y fortalece mi fe y devoción. Cuerpo del Señor, sálvame y concédeme la gracia de alcanzar la redención.

Sangre del Señor, embriágame y acompáñame. Agua que cae del costado del Señor, límpiame y purifícame. Pasión del Señor, dame consuelo en los momentos de desolación.

¡Oh! Querido Jesús, escúchame y no me dejes caer en la tentación, porque solamente a tu lado podré alcanzar la paz.

Señor, acuérdate de mí y guíame hacia tu Reino para que te pueda alabar junto a todos tus santos y ángeles por el resto de la eternidad. Amén.

Señor Jesucristo, que tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad me salven de mis pecados y me santifiquen en los tiempos de dificultad.

Dame refugio dentro de tus cinco llagas y aparta de mi vida cualquier debilidad o tentación que pretenda alejarme de tu lado.

Concédeme la redención de mis culpas y cúbreme con tu manto sagrado para que, de esa forma, pueda encontrar el camino hacia tu Reino.

¡Oh! Jesús mío, defiéndeme de las malas personas y guíame por el camino de la bienaventuranza eterna. Por los siglos de los siglos. Amén.

Querido Jesús, en este día especial quiero pedirte que me bendigas para que todos mis propósitos y anhelos se hagan realidad.

Hoy estoy bastante emocionado de recibir mi primera comunión, pues sé que recibo tu cuerpo y sangre, símbolos del sacrificio que hiciste por nosotros.

Lléname de gracia para que siempre me mantenga a tu lado y jamás renuncie a mi fe. Que tu cuerpo y sangre me brinden fortaleza y me guíen hacia la redención.

Señor, permite que tu Pasión me ayude a ser una mejor persona y no permitas que sea víctima de la tentación o los malos deseos. Amén.

Amado Jesús, sabes que muy pronto recibiré mi primera comunión, por lo cual te imploro que me ilumines para que no me desvíe del camino que conduce hacia tu Reino.

Concédeme la gracia del perdón para que, de esa forma, pueda recibir tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Haz que tu amor me guíe por el sendero de la prosperidad y el sosiego sin que nada ni nadie me arrebate la alegría de estar bajo tu amparo.

Dulce Jesús mío, acompáñame y no me dejes caer en la tentación, porque solo a tu lado podré encontrar la felicidad eterna. Amén.