Oración A San Bartolome: Para Tormentas, Nervios, Protección y Más

Alabado San Bartolomé, bienaventurado seas, pues Jesús te eligió para ser uno de sus doce apóstoles y predicar su palabra alrededor del mundo.

En esta ocasión te quiero implorar que me salves de las tormentas que azotan mi vida e impiden que encuentre la serenidad. Dame la luz necesaria para tomar el camino hacia la tranquilidad.

Tú comprendes que el mal siempre está al acecho y busca causar daño y dolor, por lo que te pido que me bendigas para no ser víctima de la perversidad.

Santo Apóstol del Señor, dame refugio bajo tu sagrado manto para superar esta grave tormenta por la que estoy atravesando. Amén.

Bondadoso Natanael de Caná, vengo a implorarte que me guíes hacia la paz y el sosiego. Tú sabes que estoy pasando por una época de angustias e incertidumbres que no me dejan descansar.

¡Oh! San Bartolomé, no me abandones, por favor. Ayúdame a salir de esta oscuridad que solo me genere problemas y ansiedades.

¡Oh! San Bartolomé, no permitas que los nervios me conviertan en una persona solitaria e infeliz. Aleja los problemas de mi vida y restaura la paz que tanto necesito. 

Humilde seguidor del Mesías, acuérdate de mí y no me desampares, porque tú eres el único que puede salvarme de las tempestades. Amén.

Querido San Bartolomé, he venido ante ti para pedir que me regales tu sagrada protección. Aleja cualquier mal o peligro que pretenda ocasionar sufrimiento en mi corazón.

Quiero que seas mi protector para que me acompañes durante el día y la noche, impidiendo con tu escudo celestial que las malas personas me hagan daño.

Conviértete en mi fiel escudero para salir ileso/ilesa de cualquier tormenta o tempestad que se forme a mi alrededor.

Glorioso San Bartolomé, en ti confío mi protección y seguridad, porque tú eres uno de los doce apóstoles de Jesús y sé que vas a interceder por mi bienestar ante Él. Amén.

Piadoso y misericordioso Bartolomé de Caná, tú que seguiste a Jesús y aprendiste de Él la importancia del amor y el perdón, te suplicamos que ilumines a nuestros enemigos para que no nos causen daño ni dolor.

Tú eres el protector de las casas, por lo que te suplicamos que bendigas la nuestra para que nada malo nos suceda.

No permitas que la maldad entre en este hogar y si eso llegara a pasar, llévatela y no la dejes regresar jamás.

¡Oh! Señor Natanael de Caná, protege nuestra casa de las malas personas y bendícenos a cada uno de nosotros para que logremos cumplir nuestros propósitos. Amén.