Oración A San Pancracio: Para El Trabajo, El Negocio y Más

Venerable San Pancracio, en esta ocasión quiero pedirte que tengas piedad de mí, pues comprendes que estoy atravesando por una época de penurias.

Ayúdame a encontrar un empleo digno y bien remunerado para que pueda dejar atrás la oscuridad y los malos momentos. Haz que en mi vida reine la paz y, sobre todo, la prosperidad.

No permitas que la pobreza continúe generando daño y dolor en mi vida. Permite que el trabajo regrese y no vuelva a ser una necesidad.

Querido santo de Dios, escúchame y no me desampares, porque bajo tu cuidado encontraré la abundancia que tanto anhelo. Amén.

Querido San Pancracio de Roma, el perejil es símbolo de tu muerte en defensa del Señor; por eso, te suplico que me bendigas para que pueda obtener un empleo digno y bien remunerado.

Tú que luchaste contra los paganos y diste la vida por amor a Dios, regálame una luz de esperanza e indícame el camino hacia la prosperidad.

Por el gran poder del perejil, te pido que me ilumines para que pueda encontrar un trabajo adecuado. Que la perversidad y sus malas intenciones no me puedan derrotar.

Glorioso mártir del Señor, lléname de gracia y haz que consiga un buen empleo. Amén.

¡Oh! Bondadoso San Pancracio, hoy te suplico que me ilumines para que encuentre la prosperidad, dejando atrás cualquier clase de dificultad.

Tú que eres un ser bendecido por Dios, comprendes que necesito ayuda para que mi negocio sea un emprendimiento próspero. Por esa razón, te ruego que me favorezcas.

Regálame sabiduría y entendimiento para que pueda tomar las mejores decisiones respecto al futuro de mi negocio. Asimismo no permitas que la miseria arruine mis propósitos.

¡Oh! Bendito santo del Señor, atiende mis súplicas y haz que mi emprendimiento sea próspero y exitoso. Que la envidia y el egoísmo se alejen de su alrededor. Amén.

Amado San Pancracio, tú que defendiste a Dios por encima de todas las cosas, ayúdame a encontrar el amor verdadero y no permitas que la soledad se apodere de mi vida.

Siembra amor y esperanza en mi corazón, tan agobiado por los sufrimientos y las decepciones del pasado.

Dame la luz necesaria para encontrar a una buena persona y compartir con ella el resto de la eternidad. Que las dificultades no me arrebaten la alegría de amar y sentirme amado.

San Pancracio, te doy infinitas gracias por escuchar mis súplicas, pues sé que vas a cumplir esta petición y no me abandonarás ni de noche ni de día. Amén.

San Pancracio, acudo a ti en búsqueda de gracias y bendiciones para que aumenten las ventas de mi negocio. Protégelo de la escasez y los malos clientes.

Tú que eres el santo de la fortuna y el éxito, llena mi negocio de abundancia y buena suerte. Acompáñalo cada día para que la envidia de mis enemigos no lo lleve a la quiebra.

Dame la sabiduría necesaria para ser un buen vendedor y obtener muchas ventas. Haz que cada día llegue un gran número de clientes.

Admirable San Pancracio, concédeme la gracia que te solicito y prometo que no me olvidaré de tu misericordia. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh! Bendito San Pancracio, tú que fuiste un joven valiente y devoto, lléname de buena salud para que logre cumplir todos mis propósitos y no sea víctima de la enfermedad.

Sálvame de cualquier mal o peligro que se encuentre presente a mi alrededor. No me dejes caer en el valle de las dolencias, por favor.

Conviértete en mi fiel protector y nada ni nadie me podrá lastimar. Dame la fortaleza necesaria para no caer en el abismo de la debilidad.

¡Oh! San Pancracio, en tus manos encomiendo mi salud, porque tengo la certeza de que bajo tu amparo no habrá desgracia ni enfermedad que me someta. Amén.

Venerable San Pancracio, protector de los menos favorecidos y salvador de los más pobres, lléname de dinero y abundancia para que pueda salir de la escasez que me atormenta.

Tú que dejaste los lujos y las comodidades para servir al Señor, socórreme y muéstrame el camino hacia la prosperidad. Que se aleje la miseria, la pobreza y cualquier mal que me someta.

Haz que el dinero no siga siendo una necesidad en mi vida, sino que se convierta en una bendición de Dios.

Querido San Pancracio, en tus manos deposito esta humilde súplica, confiando en que no me abandonarás, ya que jamás has ignorado las peticiones de tus creyentes. Amén.

Misericordioso San Pancracio de Roma, santo de la fortuna y el dinero, quiero rogarte que me bendigas para que pueda conservar mi trabajo.

Tú que eres un ser celestial, sabes que el Señor me regaló la gracia de tener un empleo digno y decente. Es por eso que te suplico que me favorezcas para que sea estable.

Ilumina a mis compañeros de trabajo para que sean buenas personas y no se conviertan en fuente de malas sensaciones. Haz que la armonía reine por encima de cualquier envidia o rencor.

San Pancracio, tú comprendes la importancia de mi empleo; por ello, en tus manos encomiendo mi bienestar y tranquilidad. Amén.

¡Oh! Admirable joven del Señor, te imploro que hagas realidad mi sueño de ganar la lotería. Derrama tu misericordia sobre mí para que la prosperidad y el dinero lleguen a mi vida.

Tú sabes que no estoy pasando por un buen momento, ya que las dificultades financieras no me dejan descansar en paz. Por ello, te suplico que me bendigas.

Apiádate de mí y ayúdame a ganar la lotería, pues comprendes que solamente eso me salvaría de la perdición.

¡Oh! Bendito San Pancracio, lléname de gracia y sabiduría para que adquiera el número correcto y gane la lotería. Recuerda que en tus manos me encomiendo. Amén.

San Pancracio, vengo a pedirte que me favorezcas para que la buena suerte llegue a mi vida y las desgracias no me vuelvan a atormentar.

Tú que eres el santo de la fortuna y el éxito, ilumíname para que encuentre el camino correcto hacia la prosperidad, dejando atrás cualquier clase de dificultad o preocupación.

Haz que pueda cumplir todos mis propósitos sin que los infortunios me sometan. Que los buenos deseos sean más fuertes que las malas vibras de mis enemigos.

Amado pequeño del Señor, socórreme para que haya buena suerte en mi vida y no permitas que las malas energías me sigan agobiando. Amén.

¡Oh! Alabado San Pancracio, tú que eres el protector de los pobres y la esperanza de los afligidos, ayúdame a pagar mis deudas y no me desampares, por favor.

Comprendes que he tomado malas decisiones en mi vida financiera. Por eso, te busco a ti, porque sé que me puedes regalar una luz de esperanza para cumplir con mis obligaciones.

Tú que siempre guías a las personas menos favorecidas, concédeme la gracia de encontrar el dinero suficiente para saldar mis deudas y alcanzar la serenidad.

¡Oh! Admirable santo, ten misericordia de mí para que las deudas no me causen más sufrimientos. En ti confío mi bienestar y tranquilidad. Amén.