Oración Por Los Enfermos: Por Todos, Corta, Por Uno Grave y Más

Sagrado Jesús, tú que dijiste que la oración de fe sanará a los enfermos, ruego que cures a (nombre de la persona), pues está pasando por un momento de adversidad.

Su vida se encuentra en peligro, pero sé que con tu compañía la enfermedad se apartará de su lado y podrá levantarse una vez más.

Tú le devolviste la vista a los ciegos, permitiste que los paralíticos volvieran a caminar, curaste el cuerpo de los leprosos, sanaste a los sordomudos.

¡Oh! Señor Jesucristo, bríndale fortaleza para que supere esta dura prueba y recupere la esperanza de vivir. Yo confío en ti y todo se hará realidad. Amén.

Señor Todopoderoso, ruego que te apiades de las personas que están siendo afectadas por las enfermedades y los infortunios. Fortalece su salud para que se recuperen y logren vencer las dificultades.

Ilumina la vida de los enfermos para que se vaya la maldad que ha tomado posesión de sus cuerpos. Conviértete en el salvador que necesitan en este momento y protégelos en el futuro para que jamás vuelvan a caer en desgracia.

¡Oh! Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, cura a las personas cercanas que están siendo agobiadas por las enfermedades y los peligros. Amén.

Padre Supremo, vengo a implorarte que sanes a mis hijos de todo mal y peligro que los esté afligiendo. Impide que las enfermedades se desarrollen en sus cuerpos y los lleven al horrible valle de la infelicidad.

Dales fuerza cuando la debilidad intente apoderarse de ellos. Regálales tu bendición, pues bajo tu gracia nada ni nadie los podrá abrumar.

Envía a tus sagrados ángeles para que los cubran con sus alas de toda enfermedad o infortunio que se encuentre presente en su entorno.

Dios mío, en tus manos encomiendo la seguridad y el bienestar de mis hijos, porque bajo tu protección el mal nunca los tocará. Amén.

Señor de los milagros, moriste en la cruz para ser nuestro salvador y redimir nuestros pecados. Por eso, te suplico que fortalezcas mi salud y la de las personas que conforman mi entorno.

No dejes que las enfermedades se apoderen de nuestra vida, ya que a tu lado encontraremos la paz y la tranquilidad. Cúbrenos con tu sagrado manto para que nada malo nos suceda.

Cuando las enfermedades toquen a nuestra puerta, tú te convertirás en nuestro sanador, pues tu amor por nosotros es infinito, por lo cual tenemos la certeza de que nos protegerás.

Depositamos en ti nuestra confianza y bienestar. Amén.

Dios mío, ruego que sanes a los enfermos que están siendo dominados por la tempestad. Solo tú los puedes ayudar, pues eres el protector de los desolados y la esperanza de los afligidos.

Dios le da la vista a los ciegos. Dios limpia el cuerpo de los leprosos. Dios permite que los paralíticos caminen. Dios purifica a los endemoniados. ¡Oh! Señor, para ti nada es imposible, por lo cual te ruego que cures a todos los enfermos.

Padre Todopoderoso, bendice a los enfermos para que todo en su vida mejore y venzan la adversidad. Haz que se levanten de nuevo. Amén.

Señor Jesucristo, que naciste para ser nuestro redentor y salvarnos de todo mal, ruego que me sanes con tu mano poderosa cuando las enfermedades se apoderen de mi cuerpo.

Jesús, una sola palabra tuya bastará para sanarme, tal como lo hiciste con el siervo que estaba siendo víctima de la parálisis o el leproso que limpiaste al instante.

Bendíceme para que la enfermedad no llegue a mi vida y arruine la felicidad de estar junto a ti, porque yo estoy bajo tu amparo y nada malo me sucederá.

Sagrado Jesús, yo confío en ti y mi fe me sanará. Amén.

Padre Celestial, me arrodillo ante ti para pedirte que protejas a (nombre de la persona), ya que le harán una cirugía y no quiero que su situación se complique.

Por favor, haz que la cirugía funcione y él/ella recupere de nuevo su salud. Fortalece su cuerpo para que en el futuro no vuelva a ser víctima de las enfermedades.

Ilumina la mente del cirujano para que realice bien su trabajo y la operación sea exitosa. Regálale la sabiduría necesaria para que tome las decisiones más acertadas.

¡Oh! Mi Dios, no abandones el alma de (nombre de la persona), pues él/ella te necesita para recuperar nuevamente su salud. Amén.

Jesucristo, tú que moriste en la cruz para redimir nuestros pecados y al tercer día resucitaste de entre los muertos, apiádate del alma de (nombre de la persona).

Perdona todos los pecados cometidos en la Tierra por él/ella. Protege su alma de la maldad, porque a tu lado el valle de la muerte no lo/la agobiará.

Guía su espíritu para que goce de una eternidad bienaventurada y disfrute de la felicidad eterna, ya que con tu compañía nada le faltará.

¡Oh! Sagrado Jesús toma su mano y llévalo/llévala contigo al Reino de los Cielos. Amén.

Virgen María, madre de Dios, ruego que te compadezcas de los enfermos para que las enfermedades no los agobien ni los aflijan.

La maldad causante de las desgracias no seguirá cumpliendo su propósito, ya que tú lo impedirás bendiciendo el cuerpo de los desahuciados.

Imploro que cubras a los enfermos con tu manto para que logren recuperarse y siempre estén protegidos de todo mal y peligro bajo tu cuidado.

Santa María, intercede por los enfermos ante Dios para que Él los bendiga y su salud se fortalezca y derroten a las enfermedades o desgracias que los aquejan. Amén.

Querido San Francisco de Asís, para ti los animales son hermanos menores, por lo que comprendes el dolor que estoy sintiendo en este momento. Te ruego que sanes a mi mascota para que se marchen de su cuerpo las enfermedades que lo aquejan.

Sabes que los animales no pueden hablar para contarnos sus dolencias, pero Dios te dio el don de poderlos escuchar y ayudar en los momentos de dificultad.

¡Oh! Señor San Francisco, patrono de los animales, apiádate de mi mascota y dale de nuevo salud para que vuelva a jugar y, sobre todo, recupere la felicidad. Evita que continúe sufriendo. Amén.