Oración De La Noche: Católica, Para Dormir Bien, Salmo 91 y Más

Dios mío, agradezco que me hayas otorgado un día más de vida. Gracias por todos los favores concedidos y por nunca desampararme en los instantes difíciles.

Ahora te pido que me acompañes en esta nueva noche que empieza. Conviértete en mi protector para que las pesadillas y los miedos no atormenten mi bienestar.

Bríndame tu refugio para que logre conciliar el sueño y las malas energías no me lleven hacia el horrible valle de la desesperación.

Cuídame durante la noche que llega para que nada malo me suceda y descanse en paz y tranquilidad. Amén.

Dios, tú eres mi amparo y yo deposito en ti mi confianza, porque en esta noche me librarás de los cazadores y las desgracias que acechen mis sueños.

En la noche no habrán miedos ni en el día habrán flechas que me atraviesen, pues tú me cubrirás con tus sagradas alas de todo mal.

Yo estoy fuera de peligro, ya que tú le has ordenado a tu ejército de ángeles que me custodien en esta noche para que logre descansar en paz y nada extraordinario suceda.

La desdicha no arruinará mi vida en esta noche ni tampoco los obstáculos me harán caer, puesto que tengo la compañía de Dios Todopoderoso. Amén.

Señor Dios, en esta noche me comunico contigo para agradecerte por haberme regalado un día más de vida.

Doy las gracias por todos los favores que me otorgaste en este día que ya pasó. Ahora te pido que me bendigas y protejas para que la paz reine durante la noche que llega.

Te agradezco por siempre escuchar mis súplicas y jamás desampararme en los momentos complicados.

Perdóname por todas las ofensas que cometí en tu contra durante el día, pues tú comprendes que el mal es perverso y siempre me busca. Líbrame de las tentaciones, por favor.

Padre, en tus manos encomiendo mi bienestar en esta noche que comienza. Amén.

Señor Dios, tú que todo lo ves y todo lo sabes, comprendes que la oscuridad invade mi tranquilidad y no me permite conciliar el sueño.

Padre, ruego que alejes todo el mal que no me permite dormir bien, porque tú entiendes que debo descansar para afrontar las tareas que mandas en el día a día.

Cuida mi espíritu para que no sea atormentado por el miedo y la desesperación. Aleja las pesadillas que se apoderan de mi mente.

¡Oh! Bendíceme para que la maldad no me agobie durante los sueños. Haz que la serenidad me acompañe mientras duermo. Amén.

Señor Jesucristo, en esta noche te imploro que me regales tu bendición para que lo único que aparezca en mis sueños seas tú. Aleja las malas sensaciones de mi entorno para que solo haya prosperidad y armonía.

Tú siempre eres mi guía en el día, pero ahora también te imploro que lo seas en la noche para que la tranquilidad y la paz me permitan descansar.

¡Oh! Jesucristo, tú me ayudas por encima de todas las cosas, por lo cual yo te suplico que seas mi guardián durante la noche para que las desgracias y los infortunios se alejen. Amén.

Padre Dios, en esta noche te pido que me cubras de todo mal que busque hacerme daño. Confío en ti porque tu amor hacia mí es infinito y jamás me abandonarás en los momentos de dificultad.

Haz que las pesadillas no vuelvan a aparecer para que logre descansar, pues tú sabes que no me han permitido dormir en paz. Con tu amor y esperanza, todo será posible.

¡Oh! Padre mío, en tus manos encomiendo mi bienestar esta noche, confiando que bajo tu protección nada malo me afectará.

Ahora yo me preparo para dormir, porque sé que contigo podré hacerlo sin que las horribles pesadillas me atormenten. Amén.

Señor Jesucristo, deseo que me bendigas para que esté bajo tu amparo en la noche que llega. Permite que duerma en paz para que mi cuerpo descanse y, así, cumpla con las tareas de mañana.

Derrama sobre mí tu misericordia para que en esta noche no hayan desgracias, pues mi único deseo es alcanzar la paz del Señor mientras duermo.

Las tinieblas cubren mi entorno y la oscuridad mi mente, pero con tu compañía la noche se iluminará y podré conciliar el sueño con la tranquilidad de estar protegido/protegida por ti.

¡Oh! Mi buen pastor, ruego que jamás me desampares, porque a tu lado siempre encontraré la felicidad y la serenidad. Amén.

Sagrado Jesús, agradezco que jamás me hayas abandonado a pesar de que constantemente te ofendo. Tú siempre vigilas que nada malo me suceda y te encargas de ser guardián en los momentos de inseguridad.

Durante el día me favoreciste y ahora que llega la noche suplico que me bendigas y cubras con tu sagrada mano poderosa, porque las pesadillas y los temores no me volverán a afligir.

¡Oh! Ruego que derrames tu divina sangre sobre mí para que los peligros no nublen mis sueños, pues yo solo te pertenezco a ti.

Con tu ayuda todo a mi alrededor estará en calma. Amén.

Querido Dios, te doy las gracias por proteger a mis hijos de los peligros de la vida diaria. Hoy te imploro que los acompañes durante la noche para que el temor no se apodere de su mente.

Bendice a mis pequeños para que los espíritus malignos no logren su cometido y los conduzcan hacia la desesperación.

Cuando los demonios se quieran apoderar de sus sueños, encárgate de alejarlos para que no haya miedo e inseguridad en su vida.

¡Oh! Señor omnipotente, en tus manos encomiendo la seguridad y el bienestar de mis hijos, porque yo tenga la confianza puesta en ti. Amén.

Señor Todopoderoso, te agradezco por todas la bendiciones que me regalaste en este día que ya pasó. También pido humildemente que perdones todas mis ofensas.

Gracias por protegerme en los momentos más complicados del día, porque cuando toda a mi alrededor es oscuridad, tú estás ahí para darme la luz necesaria.

Bendice mi noche para que nada malo me suceda, pues bajo tu protección las tragedias no tocarán a mi puerta.

Ilumíname para que pueda descansar y protégeme de las garras de la maldad.

Dios mío, concédeme tranquilidad para que durante esta noche solo reine la paz. Amén.

Señor Dios, tú eres mi pastor y con tu compañía nada me faltará durante esta noche que comienza. Me darás fuerzas para que no me seduzca la debilidad.

En las noches tenebrosas tú me acompañarás para que los peligros no me arrebaten la tranquilidad, pues contigo los miedos y las inseguridades no se acercarán.

Tú báculo me llevará por el camino de la prosperidad y me protegerá de las maldiciones que mis enemigos lanzan en contra mía.

En esta noche estaré tranquilo/tranquila porque en tu casa encontraré la protección y la felicidad que tanta falta me hacen. Amén.