Oración De Sanación: y Liberación, Católica, De Enfermos y Más

Padre Todopoderoso, que siempre escuchas mis súplicas y jamás me desamparas, te pido que sanes mi cuerpo y mi alma para eliminar las impurezas que no me dejan encontrar la paz.

Fortalece mi salud para que las enfermedades y los infortunios no se conviertan en un problema para mí.

¡Oh! Sáname con tu sagrada bendición para que mi espíritu, mente y corazón se purifiquen.

Te imploro que te compadezcas y me protejas de todo mal y peligro que esté presente en mi vida, porque yo confío en que tú me salvarás.

Señor, te doy infinitas gracias por ayudarme en todas mis dificultades y nunca olvidarte de este humilde pecador. Amén.

Dios mío, tú que todo lo puedes hacer posible, ruego que sanes a las personas que se encuentran sin fuerzas en este momento. Otórgales buena salud para que la debilidad jamás los aflija.

Señor, tú comprendes que el mal y las enfermedades nos persiguen, así que te imploramos que nos libres de cualquier peligro que desee alterar nuestra tranquilidad.

Cuando la enfermedad se apodere de nuestro cuerpo, sánanos para que no caigamos en desgracia. Cuando la debilidad toque a nuestra puerta, haz que se marche de inmediato.

¡Oh! Señor, haz que mi súplica se haga realidad, porque con tu compañía no existe lo imposible. Amén.

Jesucristo, tú eres mi pastor y siempre vigilas que nada malo me suceda. Por eso, yo te suplico que sanes mi cuerpo de todo mal que lo esté acechando.

Tú sanaste a los enfermos, liberaste a los endemoniados, le devolviste la vista a los ciegos, curaste el cuerpo de los leprosos, ayudaste a caminar a los paralíticos.

¡Oh! Señor, haz que reine la serenidad en mi alrededor para que los problemas no afecten mi salud.

¡Oh! Adorado Jesús, ruego a tus santos pies que me sanes físicamente para que logre cumplir todos mis propósitos y, asimismo, realice las tareas que Dios Padre manda. Amén.

Dios Todopoderoso, que siempre me escuchas sin importar el momento, ruego que sanes mi cuerpo y alma para que logre encontrar el camino que conduce hacia tu Reino.

He sido asolado/asolada por las enfermedades y mi cuerpo no resiste más, por lo que te pido que te compadezcas de mí, señor omnipotente.

Mi espíritu se encuentra poseído por las malas sensaciones, pero sé que tú lo vas a purificar de todo mal que lo agobie.

¡Oh! Padre mío, deposito en ti mi confianza porque tú eres la luz que tanto necesito para terminar con la oscuridad que no me deja progresar. Amén.

Jesucristo, te hiciste hombre para salvarnos y enseñarnos la importancia de alabar a nuestro Padre Creador.

Tú expulsaste los espíritus malignos de los endemoniados, sanando así su interior. Por eso, yo te ruego que me sanes para que jamás entre en mí la maldad.

Derrama tu sagrada sangre sobre mí para que me libre de todos los males que me aquejan.

Tú eres misericordioso con los menos favorecidos y bondadoso con los afligidos. Ten piedad de mí y sáname, querido Jesús.

¡Oh! Virgen María, madre de Dios, intercede por mí ante el Señor Todopoderoso para que Él sane mi interior. Amén.

Dulce Jesús mío, vengo a implorarte que sanes mi espíritu, ya que se encuentra poseído por la tristeza y la desesperación.

Impide que los malos deseos de mis enemigos se hagan realidad, porque mi alma es pura, pero la debilidad siempre intenta seducirme.

Cuando las tentaciones me lleven al abismo de la perdición, bríndame fortaleza para no caer.

Libérame de los espíritus malignos que rondan mi entorno, pues yo solo le pertenezco a Dios Padre.

¡Oh! Dios Hijo, líbrame de todo mal y cúbreme con tu sagrado manto para que no haya obstáculos en mi camino hacia el Reino del Señor. Amén.

Jesús mío, hoy te busco para pedirte de todo corazón que me sanes con tu sagrada mano poderosa. Aleja las enfermedades y las desgracias para que jamás sea víctima de la maldad.

Tú eres la representación del amor que Dios siente por nosotros, ya que Él te envió para salvarnos de los malos deseos de Satanás.

Te ruego que me sanes tal como lo hacías con los ciegos, los paralíticos, los leprosos o los endemoniados, porque tu misericordia supera todos los límites conocidos.

¡Oh! Jesucristo, en tus manos encomiendo mi salud física y espiritual, porque yo confío en ti y nada malo me sucederá. Amén.

Sagrado Jesús, vengo a suplicarte que sanes mi cuerpo y espíritu, ya que no tengo la fuerza suficiente para huir de las debilidades.

Sáname con tu sagrada mano y tu poderosa palabra, así como lo hiciste con los paralíticos, ciegos y demás enfermos que necesitaban de la ayuda de Dios.

Tú nos enseñaste el valor de amar a los demás por encima de cualquier cosa. También la importancia de perdonar a los que nos ofenden, pues el odio y el rencor solo condenan nuestro espíritu al sufrimiento eterno.

Por eso, yo te pido que perdones todas mis faltas, así como yo perdono a los que me ofenden. No me desampares. Amén.

Padre mío, que estás en los cielos y me proteges de todo peligro, sana mi alma de todo mal para que cumpla mis propósitos y jamás la maldad destruya mi bienestar.

La oscuridad intenta apoderarse de mi alma, pero yo sé que tú me darás la luz necesaria para alejar las desgracias de mi alrededor.

Regálame tu bendición para que esté protegido/protegida ante las enfermedades y los infortunios generados por la mente perversa de mis enemigos.

Señor, en tus manos encomiendo mi alma, porque yo siempre confiaré en ti sin importar las dificultades. Amén.

Querido y alabado Señor de los Milagros, hoy me postro ante ti porque sé que tu bondad y misericordia me ayudarán. Quiero que entres en mí y sanes todo lo que se encuentra lastimado, por favor.

Limpia mi espíritu de cualquier impureza que lo afecte.

Entra en mi corazón y siembra amor para que el odio, la tristeza y demás sentimientos no me quiten la paz.

Aleja los malos pensamientos que me llevan a caer en las tentaciones, te lo ruego.

Yo confío en ti, Señor de los Milagros, porque moriste en la cruz para redimir nuestros pecados y resucitaste al tercer día triunfante de entre los muertos. Amén.