Oración De Protección: Para Un Hijo, Católica, Salmo 91 y Más

Dios mío, que todos lo ves y todo lo sabes, ruego que protejas a mi hijo de todo mal y peligro que lo atormente.

Su pureza e inocencia quieren ser usadas por los espíritus malignos para hacerle daño, pero sé que tú jamás abandonas a tus hijos.

No permite que las desgracias y los infortunios se apoderen de su existencia, pues mi deseo es que solo haya prosperidad y abundancia en su camino.

Te imploro que envíes a tus ángeles para que cubran con sus sagradas alas a mi pequeño e impidan que la maldad afecte su vida.

Padre Todopoderoso en tus encomiendo el bienestar de mi hijo. Amén.

Santísima Trinidad, madre María, santos y ángeles del Señor, ruego que me protejan para que solo haya luz en mi camino. La oscuridad y la tempestad que me desean llevar al averno no cumplirán su propósito.

Ruego que las maldiciones que me acechan no regresen más. Ningún maleficio o hechizo atraerá hacia mí la desdicha ni las malas sensaciones.

Yo estoy protegido por el Reino de Dios y mis guardianes son los arcángeles, quienes no permitirán que sea poseído por la maldad. Las desgracias jamás me afectarán, porque el bien siempre triunfa por encima del mal.

Gozaré de la gracia del Señor por el resto de la eternidad. Amén.

Querido San Miguel, líder del ejército celestial de Dios, tú eres quien vence a los demonios con su sagrada espada.

¡Oh! San Miguel Arcángel, por tu gran poder te ruego que derrotes a los espíritus que me atormentan y quieren llevarme hacia la perdición.

Jamás has sido derrotado por Satanás, pues tu divinidad es más poderosa que todo el mal que este tiene.

Sabes que estoy indefenso/indefensa y el mal me persigue, por lo que deseo que me cuides con tu gran escudo bendito por el Padre Creador.

¡Oh! Arcángel del Señor, imploro que no ignores mi humilde llamado, así como yo no me olvidaré de ti. Amén.

Yo que vivo bajo la bendición del Señor Todopoderoso, confío y me refugio en ti, Dios mío.

Tú me librarás de ser la presa del cruel cazador que busca mi corazón. Tus sagradas alas me cubrirán ante las desgracias.

En mis noches no habrá miedo; en mis días no habrá flechas que atraviesen mi pureza. Las plagas y la tempestad no me harán temer, porque la luz del Sol será la que ilumine mi sendero.

Tú le has a ordenado a tus sagrados ángeles que me acompañen para que abran mis caminos y retiren las piedras o las víboras que se interpongan.

A tu misericordia me acojo, pues tú me salvarás. Amén.

Los seres malignos se encuentran acechando mi vida y pretenden conducirme hacia la perdición. Por eso, yo recurro a ti, Dios mío, para que seas mi refugio ante la perversidad.

Te ruego que alejes todo el mal que me impide progresar. No dejes que a mi vida llegue el odio, la tristeza, la envidia y demás sentimientos que no aportan nada positivo. Solo deseo que me otorgues amor y paz para que logre alcanzar todos mis propósitos.

Tus ángeles no permitirán que caiga en la desgracia, porque ellos me salvarán cuando el mal intente hacerme daño y me regalarán esperanza cuando la desesperación se apodere de mí. Amén.

La pureza de María, la castidad de José y la santidad del Niño Jesús protegerán a mi familia, pues el peligro se alejará de nosotros y no regresará.

En mi hogar solo reinará la paz y la tranquilidad, porque toda el resentimiento que nos acecha se apartará. Los conflictos y el odio no continuarán afectando nuestra armonía.

La sagrada familia cuidará de nosotros para que la escasez no entre a nuestra casa. Nos bendecirá para que la prosperidad y la abundancia nos acompañe a cada uno.

Jesús, en ti confío el bienestar de mi familia para que nada malo nos suceda. Amén.

Señor Jesucristo, ruego que me cuides de día y de noche para que el mal no entre en mi entorno.

Sabes que mis enemigos me desean lo peor, pero sé que con tu compañía toda maldad o peligro no me afectará, porque contigo encuentro la paz.

Regálame abundancia y prosperidad para que se termine toda la miseria y escasez generadas por las malas sensaciones.

Cúbreme con tu sagrado manto rojo para que nada negativo suceda en mi vida.

Dejo mi alma en tus manos sabiendo que tú me defendarás de las tentaciones de Satanás, pues yo confío en ti, Jesucristo.

Hágase tu voluntad. Amén.

Venerable San Benito de Nursia, patrono de Europa, te invoco para que me protejas de todo mal y peligro que aceche mi vida.

Tú sabes que el mal es imprescindible y siempre está buscando mi punto débil, por lo que te ruego que no me desampares, pues no quiero caer en sus tentaciones.

Mi propósito es alcanzar la prosperidad y la abundancia, pero sé que me rodea la miseria y la escasez. Por eso, yo te suplico que me cubras con tu sagrado manto y me bendigas con tu santo báculo.

¡Oh! Benito de Nursia, abandono mi alma en tus manos para que nunca me suceda nada negativo. Amén.

Señor Jesús, naciste para ser nuestro redentor y salvarnos de las malas intenciones de Satanás.

Hoy vengo ante ti a implorarte protección, porque tú eres el único que me puede salvar de los demonios que me persiguen.

Derrama tu sagrada sangre sobre mí para que jamás me suceda nada malo y solo haya fortuna y éxito en mi camino.

Tu sangre me defenderá de cualquier infortunio o desgracia que se acerque a mí, porque con ella encuentro la paz y la tranquilidad de estar bajo la gracia de Dios.

Bendíceme por favor, Señor, para que todos mis propósitos se hagan realidad y los problemas y necesidades nunca me aflijan. Amén.

Padre mío, que estás en los cielos y siempre me vigilas, ruego que termines con todos los trabajos de magia negra que mis enemigos han realizado en mi contra.

La brujería que pretende traer escasez, miseria, tristeza y demás desgracias, no cumplirá su cometido, porque yo estoy contigo y bajo tu amparo nada puede derrotarme.

Te pido que perdones a mis enemigos, pues ellos no saben lo que hacen, ya que los demonios se han apoderado de su mente y solo buscan llevarme al abismo.

Líbrame de todo mal y no me dejes caer en las dulces tentaciones que Satanás coloca en mi sendero. Amén.

Señor Dios, hoy te hablo para que me brindes tu protección ante los enemigos ocultos, pues sé que en mi vida hay personas que me desean el mal sin que yo lo conozca.

Cuando ellos me lancen hechizos y maldiciones, tú envía a tus sagrados ángeles para que cambien todo eso por bendiciones y alegrías.

No permitas que la envidia y el odio de mis enemigos me lleven hacia la miseria, pues yo solo deseo alcanzar el éxito bajo tu gracia.

Los enemigos ocultos se alejarán de mi vida para que sus malos deseos no se hagan realidad, pues sé que tú me ayudarás. Amén.

Señor Padre, recurro a ti porque sé que siempre escuchas mis súplicas y jamás me ignoras. Te pido que me protejas, pues el peligro siempre se encuentra rondando mi vida.

Conviértete en mi refugio para que jamás me alcancen los infortunios. Las malas personas no se acercarán a mí, porque tú lo impedirás.

Condúceme hacia una vida llena de paz y mucha felicidad, pues no quiero estar del lado de la tristeza y intranquilidad.

¡Oh! Dios mío, defiéndeme de todo mal, te lo imploro. Cuídame por el resto de la eternidad. Amén.

Santo Padre, acudo a ti buscando que haya paz y tranquilidad en mi trabajo, pues la oscuridad ha llegado y las energías negativas no me dejan progresar.

Ilumina la vida de mis compañeros para que el odio y la envidia que los tiene poseídos se transforme en paciencia y amor.

Regálale tu bendición a mis superiores para que cambies el rencor que tienen hacia mí por solidaridad y comprensión.

¡Oh! Altísimo, creador de todo lo existente, atiende mi humilde súplica y protégeme para que conserve mi trabajo, pues tú sabes que no le hago el mal a nadie. Amén.

Dios Todopoderoso, deseo que protejas mi hogar de todo mal y peligro que haya a su alrededor. No permitas que las malas energías entre en él.

Haz que la armonía sea la que predomine en mi hogar para que ninguna de las personas que lo habitamos nos veamos afectadas por las malas acciones de los demás.

Toda las maldiciones de nuestros enemigos no nos afectarán, ya que tus ángeles nos cubrirán con sus sagradas alas ante los infortunios.

Te ruego que no nos desampares, pues para nosotros tú siempre has sido lo más importante y jamás te dejaremos de alabar. Amén.

Santísima Trinidad, tú eres lo más puro y divino que existe, por lo que te pido que me cuides cuando la maldad quiera afectar mi vida.

La tempestad no me causará daño, porque con tu protección y la de todos tus santos y ángeles nada podrá vencerme o afligirme.

Haz que en mi destino solo haya prosperidad y fortuna. No permitas que la pobreza y la desesperación se apoderen de mí.

Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, ayúdenme a alejar la brujería y la magia negra que mis enemigos practican para derrotarme. Amén.

Padre Dios que estás en el cielo y siempre me cuidas de todo mal, te suplico que alejes las malas personas que me quieran hacer daño.

Ilumina mis días para que nada malo se interponga en mi camino y me haga daño.

También te pido que cuides a todas las personas importantes en mi vida para que nunca les suceda nada malo.

No permitas que nadie me logre convencer para cometer algún pecado.

Perdóname si en algún momento he llegado a ofenderte. Te juro que eso no volverá a suceder jamás, porque yo te amo.

Padre mío, en ti confío mi bienestar. Amén.

Bondadoso San Miguel Arcángel, tú que eres el jefe del ejército de Dios, imploro que envíes a tus sagrados ángeles para que me resguarden de todo mal.

Yo sé que mi ángel de la guarda siempre está conmigo, pero a veces los espíritus malignos lo sobrepasan, por lo que te pido a ti, líder del ejército celestial, que mandes más guardianes para que me protejan.

¡Oh! Benditos ángeles de San Miguel, no permitan que la perversidad se apodere de mí, pues yo solo deseo alcanzar la felicidad de la mano de Dios.

Yo confío en tu poder, porque Dios te otorgó el honor de comandar a su poderoso ejército. Amén.