Oración a San Alejo: Para Separar, Alejar, Para El Amor y Más

Venerable San Alejo, tú que dedicaste toda tu vida a Dios y renunciaste al matrimonio por cumplir sus designios, ayúdame a separar a (nombres de las personas).

El pecado reina entre ellos dos, por lo que anhelo que limpies su espíritu de toda impureza para que reflexionen sobre sus actos y se separen.

No dejes que Satanás continúe cumpliendo sus propósitos, pues yo sé que el poder de Dios siempre triunfa por encima del mal.

¡Oh! Mi San Alejo misericordioso, apiádate de este humilde creyente que suplica tu bondad y permite que se separen. Amén.

Santísimo Alejo de Roma, invoco tu presencia para que alejes a (nombre de la persona), pues el resentimiento que lleva consigo no permite que yo encuentre la tranquilidad.

Las malas energías de esa persona no me han dejado progresar, ya que por su culpa la escasez y la miseria han tocado a mí puerta. Pero yo sé que tú no me abandonarás, porque estás iluminado por el Señor.

Intercede por mí ante Dios para que envíe a sus poderosos ángeles y me protejan de todo peligro que aceche mi vida.

También imploro que alejes de mi lado a todos los enemigos ocultos que me desean el mal sin que yo lo sepa. Amén.

San Alejo y San Benito, santos bendecidos por Dios, hoy les rezo humildemente para que alejen a todas las personas que me están deseando el mal.

San Alejo, conociste la pobreza en Siria y, aun así, no renunciaste a Dios, pues tu convicción fue más poderosa. Ayúdame a encontrar la paz para que la perversidad no me domine.

San Benito, patrón de Europa, tú que todo lo puedes, haz que mis enemigos abandonen mi alrededor.

¡Oh! Santos de Dios, hagan que toda energía negativa se retire de mi camino para que encuentre la prosperidad y la fortuna de la mano del Padre Creador. Amén.

¡Oh! Amado y respetado San Alejo de Roma, vengo a implorarte que alejes a (nombre de la persona), pues solo ha traído la miseria y la escasez a mi vida.

Ruego que no permitas que se vuelva a acercar, porque yo quiero alcanzar la gracia de Dios, pero sus malas energías no me han dejado progresar.

No dejes que la maldad que hay en su corazón afecte mi felicidad, te lo suplico. Solamente aléjalo/aléjala para que yo alcance la tranquilidad.

¡Oh! Señor humilde, haz realidad mi deseo para que jamás esa persona regrese. Yo te prometo ser fiel a ti y a Dios Nuestro Señor. Amén.

Querido San Alejo, me arrodillo ante ti para rogar que me brindes tu sagrado auxilio en el amor para que jamás el odio o la envidia me lleven hacia la soledad.

Lo único que deseo es encontrar una persona noble, desinteresada y que, sobre todo, me ame.

Comprendes que mis relaciones anteriores han terminado por culpa de la maldad y sus dulces provocaciones. Pero sé que bajo tu bendición y la de Dios eso no volverá a suceder.

Por favor, santo de Roma, haz posible que yo encuentre el amor verdadero. Te prometo que no caeré en tentaciones que puedan llegar a ofender a esa persona especial. Amén.

¡Oh! San Alejo de Roma, defensor de los pobres y los mendigos, recurro a ti para que me protejas de todo mal que desee hacerme daño.

Tú siempre fuiste una persona amorosa con los menos favorecidos y te encargaste de ayudarlos cuando nadie lo hacía. Por eso, yo te solicito que me cuides de las injusticias y los malos deseos.

Aleja a los enemigos ocultos que me desean toda clase de infortunios sin que yo lo conozca.

Te agradezco por escuchar y cumplir mis súplicas, sagrado santo, porque tengo la certeza de que no me vas a desamparar en los tiempos difíciles. Amén.

Señor San Alejo, dedicaste tu vida a Dios y nunca dudaste en socorrer a los más necesitados. Por eso, yo acudo ante ti en búsqueda de protección, pues mis enemigos no me han dejado descansar.

Aleja a mis enemigos para que no regresen a causarme daños, porque si yo estoy del lado de Dios, nada malo me sucederá. Haz que en sus corazones solo haya amor y felicidad, pues no habrá más odio que consuma sus vidas.

Los enemigos que me desean lo peor no volverán a mi vida, porque tú, bendito San Alejo, los alejarás de mi entorno. Jamás regresarán para hacerme daño, ya que tú serás mi guardián. Amén.

Bendito San Alejo, a tu bondad yo me remito en búsqueda de tranquilidad. Consideraba a (nombre de la persona) como un buen amigo, pero los espíritus malignos se apoderaron de su alma.

He descubierto que es un mal amigo, ya que solo desea que yo caiga en la desgracia. El corazón de él es duro y oscuro fruto de la oscuridad que se apoderó de su vida.

No permitas que vuelva a acercarse a mí, pues sus malas intenciones solo buscan mi devastación.

Te agradezco por siempre escucharme y no ignorar mis peticiones, querido santo de Roma. Amén.

Bienaventurado seas San Alejo, pues tú encontraste rápidamente la felicidad de estar junto a Dios y ni siquiera la pobreza te afectó.

Haz que mi vecino (nombre de la persona) abandone su casa y no regrese más, ya que es un ser bastante negativo.

Las malas energías han hecho que se convierta en una persona que no es consciente de sus actos y pretende hacerle daño a los demás.

Mi temor es que le cause algún perjuicio a las personas que viven conmigo. Pero yo sé que tú lo alejarás para que no cumpla su cometido.

Señor, no te olvides de mí, te lo ruego. Amén.