Oración a San Antonio: De Padua, Para Novia, Para Que Llame y Más

San Antonio de Padua, doctor de la Iglesia, dedicaste toda tu vida a Dios y te encargaste de predicar su palabra en los lugares en los que reinaba el pecado y la herejía.

Bienaventurado seas, porque tuviste el honor de cargar al Niño Jesús en tus brazos y sentir de cerca su divinidad.

Hoy vengo ante ti para pedirte un humilde favor, ya que me acojo a tu bondad y misericordia.

Anhelo que (nombrar la petición), porque confío en el gran poder que te otorgó Dios como uno de sus santos.

San Antonio de Padua, no ignores mi humilde súplica, por favor. Amén.

Glorioso San Antonio de Lisboa, a tu bondad yo me remito en búsqueda de tu sagrada bendición.

Deseo que el amor verdadero llegue a mi vida, pues tú sabes que durante mucho tiempo he sido víctima de decepciones y engaños.

Comprendes que mi corazón se encuentra muy herido, por lo que necesito encontrar una persona que me quiera incondicionalmente.

Coloca en mi camino a alguien que ame a Dios como yo lo hago, que su corazón sea puro para que no caiga en las tentaciones de la oscuridad, que jamás me abandone.

Apiádate de mí y no me desampares. Amén.

Dios omnipotente te ha regalado el privilegio de ser uno de sus santos para que nos ayudes a nosotros, por lo cual te suplico que hagas que me llame (nombre de la persona).

Durante todo el día su único deseo será llamarme. No tendrá ni un momento de tranquilidad. Cuando tome su teléfono celular buscará rápidamente mi número y me llamará.

Amado San Antonio de Padua, por favor, haz que me llame ahora mismo y pida perdón. No permitas que la influencia de los espíritus malignos nos separe.

Yo confío en que me auxiliarás, porque sabes que te lo pido de corazón. Amén.

San Antonio, patrono de los objetos extraviados, pido que ilumines mi mente para que pueda encontrar (nombre de lo perdido), pues no logro recordar en qué sitio lo guardé.

Bríndame la paciencia necesaria para que mis descuidos no me generen más dificultades.

No permitas que los espíritus malignos se apoderen de mí, pues solo me quiere llevar hacia la desesperación.

Otórgame el don de la concentración para que jamás vuelva a olvidar los sitios en donde guardo mis cosas.

Mis objetos perdidos volverán porque tú me vas a socorrer con tu sagrada luz.

Deseo recuperar lo que he perdido mediante tu sagrada ayuda, santo predicador. Amén.

Santísimo Antonio de Padua, domina a (nombre de la persona) para que los dos podamos formar un hogar bajo la bendición de Dios Padre Todopoderoso.

Su mente solo pensará en mí, porque él/ella es el amor verdadero de mi vida. Su corazón solo tendrá espacio para mí y nadie más. Su alma estará destinada a encontrarse con la mía para compartir el resto de la eternidad en el Reino de Dios.

¡Oh! San Antonio, atráelo/atráela hacia mí y controla sus pensamientos para que no me engañe.

¡Oh! Señor de Lisboa, aleja las malas sensaciones de su alrededor.

No ignores mi súplica, santo doctor de la iglesia. Amén.

Venerable San Antonio de Abad, fundador del movimiento eremítico, vengo a suplicarte que me regales tu bendición para que nada malo afecte mi existencia.

Tú abandonaste los lujos y las comodidades para enseñarnos que la compañía del Padre Creador es más importante que la miseria y la escasez.

Santo protector de los animales, yo deseo que jamás me desampares, porque a tu lado encontraré el camino hacia una eternidad bienaventurada.

Monje iluminado por el Señor, no permitas que las enfermedades afecten mi vida, te lo ruego.

Señor, intercede por mí ante Dios para que la prosperidad y la abundancia controlen mi vida. Amén.

Vengo ante ti, San Antonio de Padua, para rogarte que me ilumines con tu gran poder fruto de la devoción que le tienes a Dios.

Ayúdame a recuperar a (nombre de la persona), quien se alejó de mí confundido/confundida por falsas ideas.

Tú comprendes que nosotros nos amamos de verdad, pero la perversidad ha generado que nos alejemos.

Siembra en su corazón solo buenos sentimientos para que todo el rencor que lo invade sea reemplazado por esperanza, felicidad y, sobre todo, amor.

Haz que el amor que nos unió alguna vez se renueve ahora mismo y nos encontremos de inmediato, porque no soporto estar sin su compañía. Amén.

San Antonio de Padua, Dios te designó como el santo de las parejas y el amor, por eso yo te ruego que hagas que mi novio me proponga matrimonio.

Por favor, señor de Padua, ayúdalo para que se decida a proponerme lo que tanto deseo. Yo sé que el matrimonio es un sacramento y que es la unión más pura ante Dios.

Te imploro que cuando nos hayamos casado, no olvides protegernos de cualquier mal o peligro que busque nuestra infelicidad.

Llénanos de prosperidad, abundancia y, ante todo, amor para que el hombre no separe lo que Dios unirá.

Haz posible el propósito más importante de mi vida, por favor. Amén.

Misericordioso San Antonio, Dios te otorgó el don de controlar el amor, por lo que yo te imploro que me ayudes a encontrar una persona especial con quien compartir el resto de la eternidad.

Tú comprendes que el amor ha sido esquivo conmigo y solo me ha traído decepciones. Pero yo confío en tu poder y sé que no me abandonarás, porque sabes que mi corazón es puro.

Haz que llegue a mi vida una persona noble y justa. Por favor, regálame eso que tanto he soñado durante mucho tiempo, pues yo prometo no decepcionarte ni tampoco ofenderte. 

Ten piedad de mí, santo de Lisboa. Amén.

San Antonio de Padua, para ti nada es imposible, pues por intercesión del Señor hiciste que una mula se arrodillara ante la eucaristía para demostrarle al hereje que el poder de Dios sobrepasa todo.

Suplico ante ti para que (nombrar el favor), pues tú tienes el don de hacer realidad las causas difíciles. Lo que a mis ojos es algo muy complicado, a los tuyos es simplemente un problema banal.

Haz realidad eso que tanto anhelo para que mi vida mejore y las dificultades y necesidades que me afligen no regresen nunca más.

Te ruego que me concedas el milagro que tanto necesito, alabado San Antonio de Lisboa. Amén.

Querido San Antonio de Padua, acudo en ti en búsqueda de un favor. Yo confío en ti, así como lo hicieron tus feligreses al escuchar tu predicación bajo una inclemente tormenta, porque no había espacio suficiente en la iglesia donde te encontrabas; pero gracias a ti ninguno se mojó.

Fuiste bendecido por Dios para socorrer a los menos favorecidos, por eso te imploro que (nombrar el caso difícil).

La tempestad no se apoderará de mi vida porque tengo la certeza de que tú, San Antonio, me vas a llenar de gracias y milagros.

Atiende mi humilde súplica santo mío, porque te juro que no olvidaré tu sagrada ayuda. Amén.

Bondadoso San Antonio, Dios te eligió como el santo de las cosas perdidas porque tú eres un ser que emana paciencia y esperanza.

Yo te imploro que me ayudes a recuperar lo que he perdido por culpa de mi descuido. Dame la luz necesaria para alejar la oscuridad que nubla mi mente y no me deja recordar.

Bendíceme para que la desesperación no me termine controlando y mi salud se vea afectada. Ayúdame a encontrar lo que he extraviado para alcanzar la tranquilidad.

Yo me comprometo contigo a que jamás volveré a descuidar mis objetos. Gracias por siempre cumplir mis peticiones, San Antonio de Padua. Amén.