Oración a San José: De Cupertino, Obrero, Esposo de María y Más

Glorioso San José de Cupertino, fraile de la Iglesia católica, te ruego me bendigas y perdones todas las ofensas.

No permitas que la ignorancia nuble mi vida y se encargue de impedir que logre mis objetivos. Te imploro que me brindes la sabiduría y el conocimiento de Dios.

Ayúdame a progresar, San José de Cupertino, alejando todo el mal que existe a mi alrededor.

Te pido que ruegues a Dios por mi bienestar y perdón por mis constantes pecados, pues he caído en las tentaciones sin ánimo de ofender.

No ignores mi llamado fraile bondadoso y derrama sobre mí tus santas bendiciones. Amén.

Patrono de los trabajadores, padre putativo de Jesús, socórreme, por favor. Te solicito humildemente que mejores con tus bendiciones mi situación laboral.

San José, tú siempre fuiste un carpintero ejemplar y jamás ofendiste a Nuestro Padre Creador. Con tu esfuerzo y dedicación en el trabajo le enseñaste a Jesús todos los valores de Dios y lo convertiste en un pescador de hombres.

Te imploro que por tu gran poder termines con la maldad que recientemente llegó a mi vida y que se ha encargado de alterar mi entorno.

¡Oh! San José Obrero, dame un trabajo digno. Yo te prometo tener perseverancia, responsabilidad y dedicación. Amén.

Venerable San José, esposo de la Virgen María, apiádate de mí y no me desampares jamás, así como nunca lo hiciste con nuestro señor Jesús.

¡Oh! San José de Nazaret, intercede a mi favor ante Dios y pídele que me regale su santa bendición.

Ante ti me arrodillo implorando auxilio santo mío, porque sé que Dios te ha regalado el don de la protección.

Te pido con esperanza y por el amor que le tuviste a Jesús, no me dejes nunca, por favor.

Bondadoso San José, esposo de María, confío en que tú no me abandonarás. Amén.

Bendito San José, te suplico me cuides de todo mal, como hiciste con Jesús a lo largo de su vida.

Deseo que me regales la perseverancia y el amor por el trabajo que tú tuviste como carpintero.

Esposo de María, enséñame lo que es el verdadero amor e impide que la envidia intente destruir mi relación.

¡Oh! Santo de Dios, ayuda a que mi vida mejore y pueda reencontrarme con el Señor y gozar de su Reino.

Misericordioso San José, te imploro me cuides como un padre a su hijo, porque tú eres mi padre y no permitirás que nada me afecte. Amén.

Sagrado San José de Nazaret, siempre acompañaste a María en todo momento y nunca pensaste en abandonarla. Por eso te ruego que ilumines a (nombre del ser amado) y lo conviertas en una buena pareja.

Nuestro matrimonio está bendecido por el Señor, pero los demonios de Satanás nos han atormentado y poco a poco comienzan a cumplir su cometido.

San José, tú que siempre fuiste un buen esposo, no dejes que la maldad nos separe, porque los dos nos amamos de verdad y estamos destinados a estar juntos el resto de la eternidad.

Te ruego que toques su corazón con tu mano poderosa para que el amor que nos unió alguna vez, vuelva a renacer. Amén.

Querido padre San José, no permitas que la maldad se intente apoderar de mi vida y mantenme siempre como un niño puro del Señor.

Cuídame por favor como lo hiciste con el divino niño Jesús, alejando a las personas que me quieran hacer daño.

Ilumíname para que nunca el odio me controle y ofenda a los que amo. No permitas que caiga en tentaciones ni cometa ningún pecado que disguste al Padre Creador.

En ti confío mi seguridad y bienestar, sabiendo que jamás desamparas a tus hijos y siempre cuidas de ellos. Amén.

Patriarca San José, tú que le brindas socorro a los menos favorecidos, curas a los enfermos, proteges a los indefensos, salvas a los moribundos; ayúdame a encontrar la gracia de Dios.

Ten piedad de mí y elimina cualquier obstáculo que me impida avanzar hacia una vida mejor.

La única petición que te hago es que le hables a Dios sobre mí para que venza con su ejército de ángeles a los demonios que nublan mi destino.

San José de la montaña, alivia mis tristezas y protege a mi familia de cualquier peligro, así como siempre le diste amparo a la sagrada familia. Amén.

Amado San José, humilde carpintero y siempre a disposición de los deseos de Dios, te pido que bendigas mi vida para que jamás me haga falta el trabajo.

Siempre trabajaste de manera humilde como carpintero sin hacerle daño a nadie y siguiendo la palabra del Altísimo.

Regálame perseverancia para que en las momentos regulares no renuncie. Dame paciencia para saber soportar las desgracias. Lléname de responsabilidad para que no desfallezca ante las dificultades.

Protégeme de las malas energías presentes en mi lugar de trabajo y no dejes que afecten mi buen rendimiento laboral.

Quiero gozar de la gracia del Señor, querido San José. Amén.

José de Nazaret, santo iluminado por el Señor y fiel esposo de la Virgen María, siempre fuiste un hombre muy trabajador por tu familia, por eso ruego que te apiades de mí.

Anhelo que me ayudes a conseguir un trabajo digno, en el cual tenga la posibilidad de progresar y salir de la situación en la que me encuentro.

Te ruego que me auxilies, pues eres el único santo que me podrá favorecer cumpliendo mi petición.

Tú entiendes que en mi vida no le he hecho mal a nadie ni tampoco deseo hacerlo en mi futuro trabajo. Mi único propósito es trabajar con responsabilidad.

En ti confío santo padre de Jesús. Amén.

La sagrada familia que formaste junto a María y Jesús es el símbolo del verdadero amor de Dios. 

Deseo que me bendigas y permitas que mi familia esté feliz y, sobre todo, unida, pues los demonios siempre se encargan de desviar nuestra atención.

No quiero que hayan más conflictos ni tampoco odio, tan solo anhelo que el Señor cuide y bendiga nuestro hogar.

Te pido a ti, San José, que nos lleves por el camino de bien, evitando así cualquier distracción creada por la maldad.

Intercede por nosotros ante el señor para que perdone todas nuestras ofensas y nos vuelva a unir para ser una familia feliz. Amén.

San José, te pido por el infinito amor que le tuviste a tu hijo adoptivo me ayudes a recuperar a (nombre de la persona).

Esa persona especial es mi ser amado y con quien deseo compartir el resto de la eternidad, siguiendo el ejemplo de tu sagrada relación con la Virgen María.

Siembra amor y esperanza en el corazón de (nombre de la persona), pues la envidia y el odio de nuestros enemigos finalmente nos han separado. Pero yo sé que con tu compañía, podremos superar cualquier peligro.

Danos amor, esperanza, felicidad, paciencia, empatía y persistencia para que nuestra relación se fortalezca.

Te lo agradezco de todo corazón. Amén.

San José de Cupertino, tú que pasaste tantos momentos difíciles durante tu etapa de estudiante, bríndame tu santa bendición para aprobar el próximo examen.

Aparta la oscuridad de mi mente que provoca pereza, irresponsabilidad y demás pecados. No permitas que la maldad me conduzca hacia una vida de miseria.

Te imploro, santo bendecido por Dios, me llenes de sabiduría para superar esta prueba que me coloca.

No olvides cumplir mi petición, amado San José. Yo juro invocarte con esta plegaria justo antes de comenzar.

Por favor, no me desampares. Ayúdame mediante la intercesión del Señor a aprobar el examen. Amén.